Frustraciones que quién alguna vez haya sido tragado por una ballena, comprendería (Parte 2/2)




Marineros confiesan que hasta hoy día temen, vuelva a suceder
                                                                                         


CAPÍTULO 2

Y oró Jonás desde el vientre del pez á Jehová su Dios.
Y dijo: Clamé de mi tribulación á Jehová, Y él me oyó; Del vientre del sepulcro clamé, Y mi voz oiste.
Echásteme en el profundo, en medio de los mares, Y rodeóme la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos: Mas aun veré tu santo templo.
Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; La ova se enredó á mi cabeza.
Descendí á las raíces de los montes; La tierra echó sus cerraduras sobre mí para siempre: Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
Cuando mi alma desfallecía en mí, acordéme de Jehová; Y mi oración entró hasta ti en tu santo templo.
Los que guardan las vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.
Yo empero con voz de alabanza te sacrificaré; Pagaré lo que prometí. La salvación pertenece á Jehová.
10 Y mandó Jehová al pez, y vomitó á Jonás en tierra.