Oh, Dios, Creador del universo,
que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación;
reconocemos tu amor paternal
que a pesar de la resistencia de la humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia,
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia;
envía tu Espíritu sobre nosotros,
para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan
encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.
que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación;
reconocemos tu amor paternal
que a pesar de la resistencia de la humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia,
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia;
envía tu Espíritu sobre nosotros,
para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan
encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.
Juan Pablo II.
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Señor Dios de la paz, Tú que creaste a los hombres para ser herederos de tu gloria,te bendecimos y agradecemos porque nos enviaste a Jesús, tu hijo muy amado.
Tu hiciste de Él, en el misterio de su Pascua, el realizador de nuestra salvación, la fuente de toda paz, el lazo de toda fraternidad.
Te agradecemos por los deseos, esfuerzos y realizaciones que tu Espíritu de Paz suscitó en nuestros días, para sustituir el odio por el amor, la desconfianza por la comprensión, la indiferencia por la solidaridad.
Aumenta todavía más nuestro espíritu y nuestro corazón para las experiencias concretas del amor a todos nuestros hermanos para que seamos, cada vez más, artífices de la PAZ.
Acuérdate, oh Padre, de todos los que luchan, dsufren y mueren para el naciiento de un mundo más fraterno. Que para los hombres de todas las razas y lenguas venga tu Reino de justicia, paz y amor. Amén.
Pablo VI.
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El Señor ilumine tu mente para su honra y gloria, para tu bien y el de tu prójimo...